sábado, 21 de junio de 2008

COMPARTIMOS COMPLETAMENTE ESTA OPINION DE NUESTRO AMIGO Y COMPAÑERO HENRRY FAMILIA, NO DEBEMOS PRESTARNOS AL JUEGO DE LOS ENVIDIOSOS...



OMAR MINAYA CRUCIFICADO Y AHORA SOLO SE ESPERA SU MUERTE.

Por Henry Familia / New York City.

El que un dominicanito come coco como el gerente general del equipo de beisbol profesional los Mets de New York, uno de los equipos de más importancia, de más fanaticadas, y uno de los más caros de todas las franquicias beisbolísticas de los Estados Unidos haya llegado a la posición que actualmente está ejerciendo nuestro Omar Minaya, debe de tenerse en conocimiento de que es y será objeto de envidia, no solamente de los norteamericanos, sinó tambien de muchos de los hispanos que han querido llegar a ocupar un lugar importante en cualquier sociedad deportiva del mundo.

Cuando Minaya fué designado a tal posición, se hizo a sabienda de que era un tipo experimentado, que sabría armar para orgullo de los propietarios de los Mets, y para emoción de los fanáticos, un equipo competitivo, un equipo fuerte, un equipo de batalla, un equipo que llegaría año por año al punto final de su contienda, de su jornada, de su campaña, del cierre de la temporada, para finalmente coronarse como campeones, pero las cosas para decepción de todos, no han resultado como se esperaban, a pesar de que es un equipo con muy buenos peloteros, tanto a la ofensiva como a la defensiva, y con un staff de pitchers de regular pa'rriba, en ves de regular pa'bajo.

Una ves en su puesto, Minaya decidió contratar como manager al discipulo de Joe Torre, Willy Randolph, yo particularmente (como fanático de los Mets que soy), no lo ví con buenos ojos. Para mí, el tolete de equipo que tenían los Yankees cuando el señor Torre ganó todas sus coronas mundiales como su dirigente, no me permitieron observar en ese caballero un buen manager. Era el tipo que se sentaba en su cueva a mirar a sus peloteros jugar, sin ningún tipo de estrategia, esperando, cláro, valiendose del poderío de sus muchachos, un batazo de cuatro esquina, que cualquiera de su equipo en ese entonces lo podia dar, mientras él mostraba una tranquilidad pasmosa ante todas sus situaciones, producto de la calidad de sus mísmos peloteros, y que le hizo desarrollar como dirigente un estilo de serenidad asombrosa, que finalmente no le estaba dando resultado cuando el equipo estaba perdiendo su poderío, y fué cuando Torre debió de mostrar su capacidad como manager, y al no dar con el asunto, pasó lo que todo el mundo sabe…un zumbón diplomático que lo hizo caer en la costa oeste de los Estados Unidos.

Este estilo que como ya dije le hizo desarrollar el propio poderío de los Yankees a Joe Torre, fué adoptado por Willy Randolph, con la terríble consecuencia de que éste no se diera cuenta de que no podía actuar igual que Torre al presentarsele la oportunidad que le ofreció Minaya, porque estaba claro que no estaba tratando con los mísmos muchachos de cuando él era tráfico de tercera base con los temídos bombarderos del Bronx de aquella época cuando fueron tantas veces campeones mundiales.

Minaya le formó un equipo de primera, pero de latinos, de caribeños, de muchachos de sangres calientes, de los que les gusta mantenerse activo, encendío, en constante movimiento, nécios con las atrapadas, y molestosos con el bate, y eso va aumentando a medidas que se acerca el calor, que la temperatura sube, lo que tambien le hace subir la adrenalina al caribeño, el calor del verano es nuestro socio cuando de beisbol se trata, es chíspa chíspa lo que vota el pelotero que viene de nuestras áreas, y eso tiene que estar acorde con el que nos está dirigiendo, y Willy Randoph, no estaba dejando sentir ese calor que desde su posición, él tenía que manifestarle a sus peloteros, y a nosotros como fanáticos. Lento, muy lento para todo dentro del terreno de juego, y eso no compactaba con sus peloteros y los fanáticos, eso desesperaba impotentemente al punto de sentirse ahogado y sin oxigeno, faltaban uñas para comerse y aire para respirar en momentos cruciales para el equipo.

Por eso hoy está en su casa, por querer llevar a otro terreno, algo de lo que ya no se correspondía, y hoy, Omar Minaya, está siendo crucificado, por hacer lo que hace tiempo todo el mundo deseaba, el despido de Willy Randolph.

Se le há buscado la quinta pata al gato para poner en la cruz a Minaya, y nosotros los hispanos fanáticos del beisbol, y una gran cantidad de periodista tambien hispanos, nos estamos prestando a ese juego súcio, sin detenernos a pensar que es solo una campaña negativa y mal intencionada de los medios de prensa de todo los Estados Unidos, y más especificamente de aquí del area de New York, y no solamente la prensa deportiva, sinó tambien de todas las otras ramas periodísticas que se han hecho eco del caso Randolph, con un oscuro interes marcado, el despido de Minaya.

Con la envidia, el egoísmo y hasta el racísmo, serán las principales balas con las que desde todos los ángulos se estará disparando a una persona que ha querido exhibierle al mundo y desde la ciudad de New York, en donde se concentra la mayor cantidad de boricuas, dominicanos, y otros pueblos latinos, la gran capacidad que tenemos los hispanos como fanáticos y como deportístas para mantenernos unidos y apoyando lo que representa nuestro pasatiempo favorito, y desde donde tambien podemos demostrar que tenemos la capacidad de aportar grandemente hasta por ésta vía a la economía estadounidense, aúnque ésto parézca fuera de contexto.

Y termino como commencé; la posición de un come plátano con huevo y salami como gerente general de los Mets de New York, es una posición envidiable en la que muchos quisieran estar y no pueden. Los diferentes medios de prensas, sobre todo los de los gringos, le seguirán sacando los trapitos al sol a Omar Minaya hasta hacerlo saltar de su puesto desonrrosamente, y nosotros los hispanos no nos debemos prestar para éste juego, porque cuando ya no contemos con Minaya, entonces ahí sí que dirán los racístas cerrucha palos… aahh…al fín lo logramos!!! Y yo, honestamente que no quiero eso.

UN CHINCHIN DE LO QUE PIENSO YO.



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