SI HA PENSADO EN ADQUIRIR UN VEHÍCULO EN LA FERIA DE AUTOS BANRESERVAS RECOMENDAMOS QUE NO LEA LO SIGUIENTE
En víspera de mayo del 2002 visité la feria de autos que organizara el Banco de Reservas, en la sucursal ubicada en la Avenida Winston Churchill, al lado de la compañía Orange Dominicana. Dentro de la feria, motivado por la carpa de Bonanzas Dominicana, me decidí a llenar una solicitud de préstamos para adquirir un Missubishi Lancer 2002.
En el banco me atiende un oficial de negocios llamado Jacinto Mejía Del Villar. Dicho señor me exige cumplir todos los requisitos para obtener el financiamiento del vehículo, como son: pagar el inicial del vehículo, el seguro, los gastos legales, hasta que firmamos el contrato. Cumplido estos, me otorga una carta para que retire el vehículo en la compañía Cindy Motor, dealer autorizado de Bonanza Dominicana, y que hasta ese momento era desconocida por mí.
Un año y tres meses después cual si fuera un delincuente cualquiera allanan mi casa un ayudante de fiscal, la policía y empleados de Bonanzas Dominicana. Bajo el alegato de que la compañía Cindy Motors estafó tanto al Banreservas como a Bonanzas Dominicana mediante la venta de una serie de vehículos. Y que por tanto Bonanzas Dominicana estaba recuperando sus vehículos.
Durante el allanamiento se trató de contactar al oficial a cargo de mi préstamo, al administrador o gerente de la sucursal Naco de Banreservas, y ninguno, absolutamente ninguno pudo darme una respuesta, ni la garantía de que solucionarían el problema que habían creado. Indignado y bajo protesta tuve que ver como esas personas enganchaban el vehículo en una grúa y retiraban lo que hasta ese momento consideraba de mi propiedad.
Al día siguiente me dirijo a las oficinas del banco de la sucursal Naco. Entrevistándome con el encargado legal de ese entonces (no recuerdo su nombre), me dice lo siguiente: “Que lo que había pagado por el vehículo se compensa por el tiempo que tenía usándolo. De manera, que en lo adelante no le debería al banco y el banco no tendría compromisos conmigo…” enojado e impotente le contesté, que no había ido a su feria a alquilar un vehículo.
Creo oportuno señalar que al momento de suceder todo esto, estaba al día en mis pagos. Al igual, me permito recalcar que nunca me atrasé en los mismos. Incluso, después del suceso estuve alrededor de poco más de un año pagando el vehículo sin poseerlo.
Busqué los servicios de un abogado y procedí a demandar a Banreservas. Pero en la defensa de mis derechos, fíjense ustedes quién resultó ser ahora el agraviado:
El Juez Dr. Rafael Vinicio Abreu García en su sentencia No. 033-2005-321 rechaza la demanda por que entiende que yo debo asumir los riesgos inherentes a la operación en la que adquirí el vehículo, aunque fuera en la feria del banco. Por tanto, debo terminar de pagar un vehículo que no poseo. Además de pagarles los honorarios a los abogados de BANRESERVAS.
Tengo entendido que los riesgos que asume un banco son traducidos en dinero que los cobra a través de sus tasas de interés. De manera, que los bancos no corren riesgos. Ni siquiera con el inmueble, al que obligan a asegurar ante cualquier riesgo. Sin embargo, a mi me penalizan por los errores del banco, por su negligencia, su ineficiencia y su incapacidad de poder ofertar un servicio con un mínimo de seguridad a sus clientes.
Si Cindy Motors no era dueña del vehículo, ¿cómo el Banreservas le entrega un cheque pagando un vehículo sin tener las garantías del real dueño. Entonces, como soy yo responsable de que Banreservas le pagara a Cindy Motors cuando debía haberle pagado a Bonaza Dominicana. ¡Cómo diablos usted le entrega dinero a una persona sin tener papeles de lo que está comprando!. ¿Había negocio por abajo?
El juez entiende que uno de los indicios para yo ASUMIR Y PAGAR POR LA RESPONSABILIDAD DE QUE ESTAFARON AL BANCO es la de que elegí el dealer. Parece que se le olvidó que yo no visité un dealer en especial, sino que visité una feria que organizaba Banreservas, en el patio de una de una sus sucursales, en donde NO estaban los dealers apertrechados ofertando vehículos, sino las casas que distribuyen marcas de vehículos. Yo no elegí el dealer con el cual el banco estableció sus negociaciones. El mecanismo que empleara
Bonanzas Dominicana para asignar los clientes a cada uno de sus dealers autorizados no lo conozco, y creo que no era mi obligación conocerlo. Además, entiendo que como cliente del banco no voy a visitar una feria que organiza y patrocina el mismo banco con el temor o el riesgo de que voy a ser estafado.
Otro supuesto indicio es de que yo elegí el color y la marca del vehículo y no el banco, creo que es una estupidez del juez entender que una elección de gusto tan trivial debe eximir de responsabilidad a quien ha faltado. Además, la mística de esta transacción es la de satisfacer al cliente, tomando como garantía de préstamo el inmueble que el cliente por gusto ha seleccionado. Lo que el banco debió cuidar es que ese inmueble llegara a mis manos sin ningún inconveniente legal, pues creo que para eso es el pago de gastos de cierre o cotas legales.
El banco se querella públicamente ante los medios de comunicación escrita y el Ministerio Público de que fue estafado por la compañía Cindy Motors. Y aún el banco asumiendo la responsabilidad de la estafa, en su sentencia el juez entiende que el estafado no fue el banco si no el cliente del banco. Es decir, para el juez, el banco no es responsable de no haber tomado las providencias de lugar para que en su patio, en una actividad patrocinadas por ellos, que goza de su imagen y de su total representación legal, no se infiltrara un estafador. O mejor dicho, que uno de sus clientes no estuviera expuesto a un estafador que ellos mismos estaban acogiendo en el patrocinio de su feria.
Veamos los siguientes NO: NO debió el banco cubrir y proteger a su cliente de cualquier acción legal que pudieran original cualquiera de sus acciones. NO estaba el banco obligado a garantizar el término del contrato sin perjuicios de las partes. NO debió el banco actuar con transparencia y asumir sus errores, que no fueron originados por su cliente. NO actuó el banco de mala fe, al gestionar apresuradamente una sentencia de embargo de no pago a sabiendas de que a su cliente le habían apropiado el vehículo. NO estaba obligado el banco a entregar a su cliente una matrícula original en la que se consignara que el cliente (en su defecto el banco) era propietario de la prenda, que el mismo banco había comprado. Pues, ¿no fue el Banreservas quién entregó el cheque pagando el vehículo? NO es el banco responsable de organizar, promover y auspiciar una actividad, a su nombre, en su patio, en la que otros (sus clientes) resultan lesionados.
La conclusión de todo esto es que ningún ciudadano, cliente o usuario financiero tiene garantías legales al realizar una transacción comercial en cualquier feria de BANRESERVAS. Y aparentemente, no tenemos garantías de derecho si los errores del banco se traducen en perjuicio de sus clientes. Pues, SIEMPRE LOS RIESGOS SERÁN DE LA SOLA RESPONSABILIDAD DEL USUARIO FINANCIERO.
Ing. Alison Andrés Aquino (Demandante)
1 comentario:
Esto es el colmo de todos los colmos
ese juez debe ser denunciado e investigado seriamente da pena que los llamados a hacer justicia actuen de una manera tan vil...
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